Sus promesas

—Entonces déjame ver si entiendo bien —Asher tragó con dificultad, su voz casi un susurro—. ¿El Rey Angus está vivo?

—¿Y tú eres su hija? —Alaric preguntó, sonando igualmente asombrado.

—Y eres una princesa —Román añadió, sus ojos iluminándose con una sonrisa soñadora—. Siempre supe que había algo especial en ti, Princesa.

—Princesa —la Bestia repitió, su voz profunda retumbando mientras jugaba suavemente con el cabello de Violet, sintiendo la importancia de la palabra.

Violeta había desenterrado cada detalle de su vida, y ahora se preparaba para el alboroto que inevitablemente seguiría.

Retorció sus manos, sus dedos nerviosamente enredándose mientras estudiaba sus reacciones. —¿Están enojados conmigo? —preguntó, insegura.

Asher la miró extrañamente con confusión. —¿Por qué estaría enojado contigo?