—Recobrando sus sentidos, Liu Yueyue extendió su mano para acariciar mi mejilla suavemente, mirándome con ojos seductores y susurró —Xu Tian, no hay nadie por aquí, además hay una ligera brisa soplando, qué agradable, ¿por qué no lo intentamos... de nuevo?
—¿Ah? ¿Aquí? —Al oír esto, no pude evitar quedarme atónito.
—Sí, ¿no es más emocionante estar afuera? ¿No quieres tú? —Esa mirada en sus ojos, esas palabras provocativas, todo hizo que mi corazón se acelerara.
—¡Lo quiero! —Respondí sin dudar.
Una oportunidad así era rara; solo un tonto no la desearía. Ella estaba siendo tan proactiva esta vez, tal vez realmente podríamos lograrlo. Ella en verdad tenía sombras psicológicas, pero en este escenario, tal vez realmente podía superarlas.