Capítulo 482

—Xiao Xu, ahora es tu turno —dijo ella.

Momentos después, la llamada de Tía Liu me despertó de un sobresalto, probablemente por los nervios. Su cuerpo se sentó recto, su pecho orgulloso y lleno se levantó alto, y el par de piernas hermosas y rectas estaban estrechamente cerradas, revelando solo el abundante vello en esa lujuriosa región.

Miré atentamente a ese misterioso territorio, temblando de emoción.

Todo lo que necesitaba hacer era moverlas suavemente a un lado, y podía disfrutar plenamente del espléndido Jardín de Melocotón de la madre de Yang Yaxue.

Ya no había necesidad de excusas, todo era abierto y legítimo.

—Tía, ¿podrías abrir un poco las piernas?

Mi respiración salió en jadeos laboriosos, mientras valientemente hacía mi petición.

Al verla inmóvil, tomé la iniciativa y alcancé hacia el medio de sus piernas.

—Ah...

Un grito tímido de sorpresa resonó, y esas piernas blancas como la nieve se abrieron reflexivamente.