Capítulo 615

Esta vez me comporté muy correctamente y no me aproveché de ella. Pero no pude evitar mirar esa área que se levantaba, sintiéndome un poco inquieto, todo mi cuerpo en llamas. Especialmente esos dos suaves montículos blancos balanceándose con mi masaje, haciendo que uno quiera extender la mano y jugar con ellos.

—¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor ahora?

Después de un rato, me detuve y pregunté sobre sus sentimientos.

—Mm, ya no duele tanto.

—Bien, déjame masajearte un poco más.

Diciendo esto, moví mi mano tentativamente hacia sus piernas.

—Mm...

Cuando mis dedos tocaron la parte interior de su muslo, no pudo evitar dejar escapar un gemido ahogado, su delicado cuerpo temblando.

—Mm... mm mm...

—Suave...

—Se siente tan bien.