Ella se apoyó firmemente contra la pared, como si estuviera soportando un confort extremo hasta su límite, sin poder evitar dejar escapar esos gemidos de placer.
El agua de la ducha fluía a lo largo de su terreno ondulante, goteando lentamente.
Debido a su tipo de cuerpo esbelto, el agua corriente estimulaba sin descanso esa área sensible.
Mis dedos se movían continuamente dentro de ella, suavemente, con delicadeza.
Pude sentir que, aunque no era muy ajustada, aún así era increíblemente sensible.
Después de un rato, retiré mis dedos de su cuerpo a regañadientes.
—Ah ah...
Yu Huilan no pudo evitar soltar un largo suspiro, su cuerpo tenso se relajó lentamente, sus mejillas se sonrojaron y respiraba pesadamente.
Enjuagué cuidadosamente cada parte de su cuerpo, especialmente deteniéndome en esa hendidura de sus glúteos durante bastante tiempo.
Tan tierna, tan rosada.
Mis dedos tocaron ese tierno crisantemo, acariciándolo lentamente.