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Unos quince o dieciséis minutos después, la puerta del dormitorio se abrió de golpe, y Chu Xiaoyao salió corriendo como el viento, dirigiéndose directamente hacia Zhou Xiaoyue.

Zhou Xiaoyue se sobresaltó y notó que Chu Xiaoyao estaba completamente vestida y no se había quitado la ropa. Pero en este punto, no se atrevía a burlarse más de Chu Xiaoyao. Sentía que quizás había llevado la broma demasiado lejos justo ahora. Considerando que solo había pasado un mes desde que los padres de Xiaoyao habían fallecido, y sus emociones todavía estaban inestables, cómo podría ella, siendo una buena amiga, provocarla de esa manera.

—Eh... te lo voy a probar ahora mismo —dijo Chu Xiaoyao, con las mejillas hinchadas, sus palabras amortiguadas mientras hablaba.

Zhou Xiaoyue estaba bastante asombrada y preguntó:

—¿Qué estás haciendo?