Xu Yingying no preguntó nada especial, solo cuándo Li Yifei podría volver, y si no podría llamarla esta vez.
Li Yifei se sintió muy conmovido en su corazón. A pesar de que Xu Yingying le había impuesto tantas reglas, solo se referían a sus interacciones con otras mujeres. En otros aspectos, ella todavía le daba mucho espacio. Considerando sus pasados delitos graves, la actitud de Xu Yingying mostraba que era una esposa increíblemente buena.
—Yingying, estos últimos días, el trabajo que he estado haciendo es realmente confidencial, por lo que no es muy conveniente que nos llamemos. Pero mientras no tenga ningún problema, definitivamente te llamaré —dijo él.
Xu Yingying habló suavemente:
—No te preocupes por la casa. Solo concéntrate en tu trabajo. Sé que las cosas que haces son importantes. Solo asegúrate de tu seguridad y vuelve a casa sano y salvo. Eso es suficiente para mí.
Li Yifei asintió con firmeza: