El shock de Han Yutong

En la carretera de la montaña, la cara de Tang Hao se tornó más oscura que nunca mientras sostenía su teléfono en la mano.

Ya habían pasado varios minutos y sus llamadas no eran respondidas. Algo debía haberle sucedido a Han Yutong.

Volvió a mirar la cadena de cuentas de jade sangriento en su muñeca. Todavía no había reacción. Significaba que su vida no estaba en peligro.

—¡Ja, ja! Nadie responde, ¿verdad? Esa chica debe estar en manos de mi Hermano Mayor ahora. Si quieres volver a verla, tendrás que dejarme ir —el Gran Maestro Bakar se rió con arrogancia.

Tang Hao entrecerró los ojos y estos brillaron con una frialdad sorprendente.

Con el rostro ensombrecido, avanzó, luego levantó una mano y la dirigió hacia la cara del Gran Maestro Bakar.

¡Bofetada!

El Gran Maestro Bakar salió volando por la bofetada, luego cayó al suelo.