El tiempo parecía congelarse en ese instante.
Todos en y alrededor de la cancha de baloncesto se pararon rígidamente en el lugar, mirando la figura que volaba en el aire.
Esa figura era deslumbrante bajo el sol de la tarde, como un cóndor surcando las nubes.
Los rostros de las personas que lo miraban tenían los ojos vidriosos y las bocas en forma de O.
Era como si hubieran presenciado la cosa más increíble del mundo.
Frente a los ojos de todos, esa figura encestó el balón en la canasta con ambas manos.
¡Bam!
¡El balón entró!
Todo el aro de baloncesto tembló violentamente bajo la inmensa fuerza descendente. El aro estaba doblado y parecía que estaba a punto de romperse.
¡Bam!
El balón cayó al piso.
La figura también aterrizó en el piso.
Sin embargo, su entorno seguía mortalmente silencioso.