—¡Un brindis por ti, Hermano Hao! —En la habitación privada de un restaurante, muchos chicos brindaron continuamente por Tang Hao.
Tang Hao no rechazó ninguna de las ofertas. Se tomó todas las bebidas, sin importar si eran vino o cerveza. No sabía cuántas bebidas tomó, pero su rostro no se puso rojo en absoluto.
—¡Deberías beber menos! —Liu Bingyao, sentada junto a él, frunció el ceño y dijo preocupada.
—No te preocupes, no me emborracharé. ¿No recuerdas que nadie podía superarme bebiendo en nuestro encuentro de secundaria? —Tang Hao dijo con una sonrisa.
Liu Bingyao se quedó sorprendida. Recordó que muchos compañeros intentaron brindar por él durante el encuentro, pero todos ellos se emborracharon antes que él.
—De todos modos, deberías beber menos. ¡No es bueno para tu salud! —Liu Bingyao dijo.
Los chicos estaban envidiosos cuando miraban a Tang Hao.