—¿Cómo pueden estar todas reservadas? ¿No tienen habitaciones privadas especiales y premium? —gritó el Joven Maestro Li.
El cajero se mantuvo cortés.
—¡Lo siento, Señor! Solo tenemos mesas normales o habitaciones privadas. Las habitaciones privadas son estrictamente solo con reserva, y todas ya han sido reservadas.
—¿Por qué no espera en la fila para una mesa? —El cajero señaló la cola.
—¡Sí, haga cola!
—¡Este tipo debe ser un idiota! ¡Ya no habrá habitaciones privadas a estas alturas! —La gente gritaba con enojo.
El Joven Maestro Li se sonrojó de vergüenza. No había anticipado la situación que estaba enfrentando. Había presumido anteriormente que fácilmente conseguiría una habitación privada premium, pero la realidad lo había golpeado en la cara.
Su rostro se puso aún más rojo cuando vio la larga fila.
Eso sería al menos una espera de media hora. ¿Cómo podría él, el joven director del Grupo Ju Neng, hacer cola con esos campesinos comunes?