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La hermosa mujer sollozaba en silencio entre sus brazos.

Tang Hao podía sentir su frágil cuerpo temblando. Ya no era la fuerte y capaz empresaria de antes. Parecía indefensa y lamentable.

El hombro de Tang Hao estaba empapado en lágrimas, pero no le importaba.

Podía sentir un tirón en las cuerdas de su corazón.

Para una mujer, era una gran tragedia no poder perseguir su amor y su matrimonio. No importaba cuán rica fuera, seguía atrapada en una jaula dorada.

Quizás era lo mismo también para un hombre.

—No llores. Si no estás de acuerdo con el matrimonio, entonces no lo estés. Lucha hasta el final. No creo que tu familia te ponga un cuchillo en el cuello y te obligue a casarte.

—Un matrimonio dura toda la vida. Necesitas estar seguro de que amas a tu pareja antes del matrimonio. De lo contrario, ¿cómo vivirías el resto de tus días? —Ling Wei se sorprendió. Dejó de sollozar y miró a Tang Hao con los ojos hinchados.

—De repente, estalló en carcajadas.