Tang Hao vio a Han Yutong en la entrada del edificio.
Ella caminaba apresuradamente hacia el edificio con un bolso en una mano y un jianbing relleno en la otra.
Llevaba tacones altos que hacían ruidos de clic al dar cada paso. Iba vestida con ropa típica de oficina: una chaqueta de negocios ajustada y una minifalda. La ropa acentuaba las impecables curvas de su cuerpo.
Sus piernas eran largas y esculpidas. Las pantimedias les daban un encanto seductor.
No hace falta decir que su rostro era su característica más prominente. Sus ojos brillantes, dientes perfectos y piel clara eran extremadamente encantadores.
Mientras caminaba, su largo cabello oscilaba y su cuerpo se balanceaba, lo que atraía las miradas de todas partes.
Incluso otras mujeres la miraban con envidia o admiración.
—¡La hermosa Han está aquí!
Todos a su alrededor exclamaron asombrados. Algunos incluso aullaron.
Los hombres estaban emocionados de verla.