Derrumbar la Montaña Mao

—¡Ahh, esta sensación apesta!

En un claro en algún lugar de las montañas, una figura estaba sentada en el suelo apoyándose contra un gran árbol.

Estaba vestido con una túnica tradicional china gris y un sombrero de paja redondo, exactamente como un campesino.

Sostenía un cigarrillo en su mano izquierda, del cual daba caladas ocasionales.

Parecía solitario, y había un matiz de melancolía en sus ojos.

Después de reconstituir su cuerpo y restaurar su base de cultivación, debería estar aterrorizando al mundo una vez más. Sin embargo, perder sus partes privadas fue un golpe enorme para su confianza.

Sin esas partes, no se sentía como un hombre en absoluto.

—¡Suspiro! —suspiró, y el sentimiento de melancolía se hizo más fuerte.

Fumó cigarrillo tras cigarrillo para aliviar su pesar.

—¡Los cigarrillos son increíbles! Sí, y también el Internet. No he frecuentado el Internet por mucho tiempo —murmuró.