—¡Felicidades! ¡Felicidades!
El Secretario Weng, el Vicegobernador He y los demás se acercaron y estrecharon cálidamente la mano de Tang Hao.
—¡Fue una competencia emocionante! ¡Trajiste gloria a Huaxia! —el Secretario Weng estrechó la mano de Tang Hao y rió con ganas.
—¡Me lisonjeas, Secretario! —dijo Tang Hao humildemente.
—¡Ja! ¿Por qué eres tan modesto? ¡Está bien presumir un poco, joven! —rió el Secretario Weng.
—¿Por qué no se quedan aquí un rato? Vamos al restaurante y comamos juntos. ¡Cocinaré para todos! —dijo Tang Hao.
—¡OK, OK! ¡No puedo esperar!
El Secretario Weng y los demás estaban emocionados.
El Maestro Chef Ding y los demás fueron a recoger los utensilios de cocina, los empacaron y estaban a punto de irse.
Un grupo de reporteros se acercó en masa.
—Chef Tang, no, Maestro Chef Tang, ¿es un momento conveniente para una entrevista?