—Primero harás esto, luego... y luego...
En una habitación, Tang Hao estaba enseñando a los maestros taoístas cómo crear talismanes de jade. Él les enseñaba con mucho cuidado, explicando cada paso claramente. Los maestros taoístas también estaban aprendiendo muy seriamente, memorizando cada palabra que Tang Hao decía.
—Bien, ese es el proceso de creación de talismanes. El resto depende de practicar hasta que se convierta en algo natural —dijo Tang Hao mientras se levantaba—. Recuerden frecuentar las tiendas de apuestas de piedras y conseguir algo de jade para practicar.
—¡Gracias, Compañero Cultivador Tang!
Los maestros taoístas se levantaron y le agradecieron uno tras otro.
—¿Por qué me agradecen? Solo practiquen y no hagan el ridículo. ¡Eso será suficiente! —dijo Tang Hao con una sonrisa.
Cuando salieron de la habitación, vieron al Maestro Taoísta Qian Ji y a un grupo de viejos maestros taoístas de cabello blanco esperando afuera.