¿Miranda trajo un hombre a casa?

—¡Cállate! Ya eres una vergüenza para mí, ¿pretendes humillarme aún más? —Miranda gritó con ira e inmediatamente interrumpió a Clarence.

Clarence abrió la boca, pero las palabras se atoraron en su garganta.

Miranda no se molestó en entretener a Clarence. Sacó su teléfono móvil y llamó a William, —Hola, William, ¿estás bien?

—Je, estoy bien. ¿Ese chico te hizo algo? —William sonó muy gentil desde el otro extremo de la línea.

—Yo-Yo… lo siento. Nunca pensé que las cosas terminarían así. —Miranda se sintió un poco culpable.

—No hay problema. Somos buenos amigos. Debería protegerte. Tienes que tener mucho cuidado la próxima vez. Es muy peligroso para una dama emborracharse en público. —William sonrió mientras la consolaba.

Miranda sintió calidez permear su corazón.

—Por cierto, por favor, pásale la llamada a Clarence. Me gustaría hablar un par de cosas con él —continuó William.

Miranda se quedó congelada y dudó por un momento.