¡Tu hermana saltó de un edificio!

—¡Detente! —Clarence rugió con los dientes apretados.

—Jeremy se detuvo en seco y miró hacia atrás a Clarence con una expresión de miseria. —Hermano Howard, no tenía ni idea. ¡Haz como que no estuve aquí!

—¡No le diré a nadie sobre esto!

—¡Me mantendré callado!

—¿Soy ese tipo de persona? —Clarence empujó a Cecilia.

—Jeremy asintió. —¡Sí!

—La expresión de Clarence era oscura.

—Jeremy rápidamente negó con la cabeza otra vez. —No no, el Hermano Howard no es alguien así.

—Jeremy parecía solemne, como si estuviera a punto de jurar ante Dios.

—¡Hmph! Qué lástima que no funcionó de nuevo —Cecilia murmuró, sus labios curvándose en desagrado. Encontró una silla cercana y se sentó. Sus largas piernas cruzadas eran como marfil blanco, sin defectos a la vista.

—Los ojos de Jeremy casi se le salieron de las órbitas.

—¿Qué estás mirando? —Clarence estaba un poco enojado.

—Él y Cecilia no tenían nada que ver.