¿Cómo se atreve a abrir una clínica? ¿Está buscando problemas?

Clarence frunció el ceño. —¿Quién dijo que estaba insertando agujas al azar? Puedo salvarlo.

Trevor agarró la mano de Clarence con fuerza y no la soltó. —¡Tonterías! ¡Esto es pura tontería!

—Nunca he oído hablar de tratar la polio con agujas de plata.

—No puedes salvarlo pinchando al azar así. Solo lo matarás.

Clarence se soltó de Trevor. —¿Cómo sabes que lo mataré?

—Suéltame. ¡Yo puedo salvarlo!

Trevor avanzó de nuevo y agarró a Clarence de la muñeca. —¿A quién puedes salvar? Escúchame y llévalo al hospital. ¡Todavía tiene una oportunidad de sobrevivir a esto!

—¡Suéltame!

—No lo soltaré. No puedo verte despreciar la vida humana.

—Tú vejete.

Clarence miró ansiosamente al niño en la silla.

El niño estaba en estado crítico en ese momento.

Si no lo trataban de inmediato, realmente no habría forma de que sobreviviera.