Clarence empujó a la mujer —¿Qué estás haciendo?
—Ayuda a tratar a mi amigo. Su situación es similar a la mía, ya que sus meridianos también estaban rotos. Si puedes tratarlo, te daré 100 millones —explicó la mujer.
La mujer pensó que nadie podría resistir la tentación de 100 millones de dólares.
—Oh —respondió Clarence con voz débil.
—¿Piensas que estoy bromeando? —frunció el ceño la mujer.
Clarence la miró con una sonrisa —Hace unos días, había una mujer similar a ti, aunque ella está mucho peor que tú. Su padre es el millonario del País del Arce. Creo que tiene algún tipo de enfermedad incurable. Me dio un cheque por 200 millones y me pidió que tratara a su padre. Si lo lograba, me daría otro billón. ¿Sabes por qué no fui?
Al principio, la mujer lo miró sin entender. Luego, se enojó un poco —¿Piensas que estoy jugando contigo? ¡Estoy diciendo la verdad!