Dragones Orgullosos

La sensación era nueva para él, pero Vaan sintió que podía confiar en ella. Era similar a sentir el peligro con los instintos de uno.

Sin embargo, el peligro no parecía ser exactamente eso; era más como la previsión de un evento próximo.

No obstante, la corazonada de Vaan era acertada. Justo cuando sacó un juego fresco de ropa negra para vestirse, un grupo de Dragones Verdaderos se le acercó.

Con una sola mirada, pudo decir inmediatamente que venían buscando problemas; no hacía falta ser un genio para adivinarlo.

—¿Hmm? —Jergag frunció el ceño al grupo de veinte Dragones Verdaderos antes de preguntarles—. ¿Qué quieren todos ustedes?

—Apártate, Jergag Mayor. No tenemos asuntos contigo. Es con el humano con quien los tenemos —habló el Dragón Verdadero líder antes de girarse hacia Vaan—. Sal de nuestras tierras, humano. ¡No eres bienvenido aquí! Tu presencia aquí ha hecho que muchos dragones se sientan incómodos.