Mientras Vaan se sentía mal por los señores dragón, ellos se sentían mal por él, pensando que estaba sacrificando sus intereses y priorizando los de ellos.
—No puedo creerlo. El Líder Supremo eligió al peor Espíritu de Fuego para dejarnos a los mejores Espíritus de Fuego... No merecemos a un Líder Supremo tan bueno... —musitó Pedyssin.
—Ahh, me siento tan culpable —exclamó Irmoss—. Ni siquiera habríamos tenido esta oportunidad de hacer un Contrato Espiritual con los Espíritus de Fuego si el Líder Supremo no hubiera superado la Prueba de Fuego.
—Y aún así, él, el talento más grande que el Clan del Dragón Rojo haya visto jamás, está dejando a los mejores Espíritus de Fuego para nosotros…
—Haiz, Ya es demasiado tarde para detener al Líder Supremo —suspiró Sondrei antes de mencionar—. Ya ha aceptado el Contrato Espiritual con ese Espíritu de Fuego. ¿Cómo puede ser el Líder Supremo tan desinteresado?