La Visita de Silvaria

En Ciudad Solcumbre, el día transcurrió relativamente en paz, para sorpresa de muchos habitantes del pueblo.

Además de los comerciantes negociando precios de manera agresiva con los lugareños, no hubo incidentes destacables durante el día.

Sin embargo, cuanto más tranquilo era el día, más temían los habitantes del pueblo que sería la noche. Al menos, no esperaban que fuera una noche silenciosa.

Cualquiera podía sentir la sutil tensión y misterio en el aire.

Al comienzo del atardecer, los habitantes del pueblo comenzaron a terminar sus actividades y a cerrar sus tiendas antes de lo habitual para poder volver a casa un poco más temprano.

Pero mientras los adultos estaban ocupados con sus preparativos, conscientes de la situación del pueblo, los niños seguían jugando al pilla-pilla en las calles sin preocuparse por nada, ajenos a todo.