—¿Dificultades? ¿Qué dificultades podrías tener tú, una Alta Bruja? —Aeliana resopló, dándole a Beth la oportunidad de explicarse.
—La Señora Solana ofendió a demasiados comerciantes y brujas. No podríamos reunirnos con ella sin ofender a todos ellos también. Por lo tanto, solo pudimos expresar nuestras intenciones de reunión a través de una carta —explicó Beth.
Sin embargo, su explicación no apaciguó en lo más mínimo a Aeliana. Por el contrario, solo sirvió para avivar su ira.
—Qué absurdo —escupió Aeliana con desdén mientras la luz fría en sus ojos se intensificaba—. ¿Una Alta Bruja temería ofender a un grupo de Brujas Mayores? ¿Piensas que soy una tonta? ¡Dílo directamente y admite que prefieres ofender a mi madre antes que a todos esos comerciantes!