En lugar de estar enojada con Vaan por iniciar tantas relaciones, Linetta sentía lástima por él. Ella sentía que era su culpa.
Debido a que ella era impotente y lo dejó para curar a su hermana en la capital, él tuvo que recurrir a métodos promiscuos para sobrevivir.
No obstante, Vaan sacudió la cabeza antes de que Linetta se hundiera más en su malentendido.
—Sé lo que estás pensando, pero no es así. Así que no te sientas mal. Además, esto es simplemente como es. Puedes aceptarlo, o puedes no hacerlo. Es tu elección si quieres ser parte de esto o no —declaró Vaan.
No era tan ingenuo como para creer que podía darles a todos la misma felicidad. Después de todo, no todos estaban dispuestos a compartir a su amante.
Sin embargo, al menos tenía confianza en su capacidad para proveer a aquellos que estuvieran dispuestos a quedarse con él.