—¡Mi maestro es el Gran Diablo Helcan el Poderoso! —declaró Ulrich con orgullo.
Sorprendentemente, Ulrich Salazar no estableció un contrato con Balmodan el Inmortal, sino con Helcan el Poderoso. Después de todo, Ulrich dirigía una organización oscura llena de miembros que ganaban fuerza asimilando las líneas de sangre de los lobos, como lo hacía Balmodan.
No obstante, la fuerza bruta de Ulrich se podía explicar si se trataba de Helcan el Poderoso.
Tal como Balmodan el Inmortal se jactaba de la mayor capacidad regenerativa, Helcan el Poderoso se ufanaba de la mayor fuerza física entre los siete Grandes Demonios.
La fuerza también era un tipo de ley.
Cualquier cosa podría convertirse en ley; todo comienza con un pensamiento, una voluntad y una creencia. Así era el mundo en el que vivían: un mundo de magia.