La transformación física de Isaac.

Isaac abrió los ojos y se vio de pie en medio de su habitación alquilada. La cama robusta estaba en el mismo lugar donde la dejó, pero esta vez la manta se veía diferente, sin arrugas ni suciedad. Parecía nueva con una textura de seda suave. Isaac la tocó con la palma de su mano y sintió la suavidad pegándose a su mano.

«¿Acaso Bella compró esto para mí?» preguntó en voz alta y decidió preguntar al respecto más tarde.