Oliver se ajustó el cuello y esperó pacientemente a que la puerta se abriera. Su cabello negro estaba peinado con un corte elegante, lo que le hacía parecer un caballero educado con su suéter marrón y pantalones negros.
Agudizó el oído al escuchar ruidos provenientes de la casa e instantáneamente esbozó una sonrisa mientras sostenía una bolsa de plástico en su mano derecha.
*Clank*
La puerta se abrió y apareció una mujer de mediana edad con un largo y ondulado cabello castaño rojizo. Ella lucía encantadora con unas curvas maduras y un rostro de mirada gentil por completo.
—Oh, Oliver —dijo ella con una ligera incomodidad, que Oliver no notó.
—Tía Amy, ¿está Amanda en casa? —preguntó Oliver educadamente a la madre de Amanda, Amy.
Amy miró dentro de la casa hacia las escaleras y asintió—. Sí, Amanda está actualmente en su habitación. ¿Quieres que la llame?
—En realidad... —Oliver metió la mano en la bolsa y mostró un DVD—, se suponía que íbamos a tener una noche de películas.