Pronto, la pelea terminó, y tanto Zane como Lionel estaban empapados en sudor. Se estrecharon las manos y discutieron algo. Zane dio consejos y habló sobre los errores que Lionel cometió durante el combate. Él escuchó atentamente a su maestro, y después de que terminó, hizo una reverencia educada.
—Te has vuelto más fuerte. —Zane le dio una palmada en el hombro—. Pero recuerda, nunca uses tu fuerza para comenzar un conflicto.
Lionel se rió y dijo:
—Nunca lo hago.
Zane suspiró:
—¿Por qué siento que siempre lo haces?
Lionel se encogió de hombros. Luego, vio a su junior, Ava, de pie junto a Isaac.
—Maestro, este es Isaac. El hermano menor de Marvin. —Introdujo a su maestro y su futuro pupilo.
Zane se frotó la barba y asintió:
—Interesante…
Isaac hizo una reverencia y dijo:
—Encantado de conocerte.
—Voy a enseñarle unas cosas. —Las palabras de Lionel sorprendieron tanto a Zane como a Ava. Era bien sabido que ni siquiera enseñaría a sus amigos.