—¡Hah! Isaac se despertó sobresaltado de su profundo sueño. Mientras el sudor frío empapaba su espalda, miró a su alrededor ansiosamente.
A su alrededor se extendía el frío bosque nevado.
La gran roca permanecía igual, y la figura con el rostro de Isaac ya no estaba.
—¿Sueño...? —Isaac se rascó la cabeza y frunció el ceño al no sentir nada en su mano. Cuando bajó la mirada, ¡no pudo encontrar su Pistola de Chispa!
—Eh, ¿dónde está?
…
En el lejano futuro.
—Haahhh… —una figura con cabello blanco como la nieve, un rostro de otro mundo, claros ojos grises y rasgos faciales bien definidos abrió sus ojos—. Está lejos de estar listo… —¡este hombre era Isaac Whitelock, veinte años en el futuro!
—Haaahh... —después de luchar para levantarse de su cama quemada y rota, se levantó lentamente.
Un incendio había quemado el papel tapiz y agrietado el suelo, dejando la habitación en ruinas.