—¡Wow, genial! —Los Inhumanos lucían impresionados mientras el estruendoso sonido de los aplausos llenaba el aire.
Diana chocaba las manos con otros mientras dejaba la máquina de golpeo. El dueño del puesto la miraba con la boca abierta. Incluso olvidó darles sus premios. Sin embargo, a este ritmo, todos sus juguetes de peluche desaparecerían.
—Creo que es mi turno —Jonathan enderezó sus mangas mientras se acercaba al saco de boxeo. Después de presionar varios botones invisibles, su armadura fue absorbida por el inventario. Ahora, estaba de pie con su humilde túnica de lino y guantes sin dedos.
Todos observaban en silencio.
—Whoo... —El puño de Jonathan se resaltaba con venas mientras lo golpeaba contra el saco de boxeo. Mientras sus dedos tocaban el saco, podía sentir una oleada de poder fluyendo a través de la tela.
¡THWACK!
El saco de boxeo se movió pesadamente hacia atrás. Parecía que había sido golpeado por un camión.