—Agua... agua... —murmuró Isaac, susurrando lo que más deseaba en ese momento. Tenía la garganta seca. Sus piernas estaban cubiertas por una delgada manta, y podía ver los contornos brumosos del viejo equipo del hospital.
Tap, tap, unos pasos rápidos llegaron al lado de la cama. Isaac podía escuchar sonidos amortiguados. Luego, sintió una copa fría tocando sus labios resecos, y pronto el agua fresca fluyó por su garganta, calmando la sed.
Después de vaciar la copa, Isaac se giró hacia la persona cuyos pasos había oído. Una enfermera, de algún tipo, con un uniforme militar envejecido, lo miraba con una mezcla de emociones. Frente a ella estaba el Héroe de Guerra, que recibió un disparo en la cara, y sobrevivió.
—D-¿Dónde... —Isaac se giró torpemente hacia un lado, y vio copos de nieve cayendo detrás de la ventana que era tan ancha como su envergadura.