Dentro de un pequeño aula del tamaño de un dormitorio, dos personas se sentaban mirándose entre sí.
De los dos individuos, uno era una mujer mientras que el otro era un hombre.
El hombre tenía la cabeza baja y estaba temerosamente mirando a la mujer, quien lo miraba con las piernas y los brazos cruzados. Su cara estaba incomparablemente oscura.
Parecía que estaban en un juicio por asesinato siendo el estudiante varón el que estaba en juicio.
Rompiendo el silencio, la mujer cuya voz sonaba extremadamente oscura.
—Ren. Dover.
—... H-Ha pasado un tiempo, Melissa.
Sí, el chico que estaba siendo perseguido era de hecho yo.
Sentado frente a Melissa, hice lo mejor que pude para evitar sus ojos. Ahora mismo su cara sonreía, pero sus ojos no. Tenía la sensación de que no quería nada más que comerme vivo. No, no era solo una sensación. Si quisiera, realmente podría convertir mi vida en un infierno... maldita mujer sádica.
¿Por qué estaba de mal humor?