Encendiendo las llamas [1]

Abriendo los ojos de par en par, Kevin exclamó incrédulo.

—¡¿Planeas comenzar una guerra!?

Poniendo mi dedo sobre mis labios como señal para que Kevin se callara, sacudí la cabeza.

—...No, no malinterpretes. La guerra siempre iba a ocurrir independientemente del pasado, presente y futuro.

—Todo lo que estoy haciendo es adelantar la fecha de cuándo ocurrirá la guerra.

Frunciendo el ceño, después de un poco de reflexión, Kevin asintió con la cabeza.

—...Supongo que tienes razón.

Juzgando por lo que había visto los últimos días, efectivamente parecía que una guerra era inevitable. Desde la forma en que los orcos buscaban desesperadamente comida cada día para sobrevivir, hasta cómo se veían obligados a vivir en un lugar completamente desolado. ...Una guerra era, en efecto, inevitable.

—Sí...