Dominando a través del miedo [3]

En este preciso momento, apareció un aura indescriptible pero aterradora en el alto escenario. Todo quedó en suspenso. Ya fuera Haris, el árbitro o la gente en las gradas. Un escalofrío recorrió el suelo de la arena.

—¿Q-qué está pasando?

Deteniéndose a mitad de camino, Haris sintió como si sus piernas estuvieran hechas de plomo. No podía moverse.

—¿Q-quién qué me has hecho?

La inercia que había tenido Haris desapareció por completo en el momento en que los ojos de Ren se volvieron grises. Como si una mano invisible hubiera tomado su cuello, el habla de Haris se tartamudeó y sus ojos se dilataron. Era la primera vez que sentía tanto pavor de alguien. Apenas podía pronunciar una palabra mientras su cuerpo se convulsionaba ligeramente. Balançándose de un lado a otro, Haris intentó mantenerse en pie. Su ritmo cardíaco aumentó, su espalda se estaba mojando lentamente, sus ojos se dilataron y su respiración se volvió jadeante. Se estaba asfixiando.