Una vez que Hein firmó el contrato, todo fue viento en popa. Informándole sobre el próximo viaje y cómo sería importante en su misión para curar a su padre, Hein acordó rápidamente unirse a mí en el viaje.
—Está bien, déjame enviarte el dinero. Dejaré que te encargues del resto con tu familia.
—Mhm.
Transfiriendo 5 millones U directamente a la cuenta de Hein, me levanté y salí de la tienda.
Hein se iría en un largo viaje con los demás y conmigo, no quería arruinar su despedida con su padre y hermanos.
Afortunadamente, con los cinco millones que le había dado, deberían poder vivir muy cómodamente durante los próximos años. Probablemente por eso no estaba tan en contra de la idea de venir conmigo una vez que le expliqué el propósito del viaje.
—Hmm, ¿qué hora es?
Bajo el sol, girando ligeramente mi muñeca, reviso la hora. 9:30 A.M.
—Hm, así que ya han pasado casi dos horas...