¡Chirriido—! Presionando los frenos del coche, el coche se detuvo y un edificio familiar apareció en la distancia.
—Bien, estamos aquí.
Girando las llaves del coche, Pequeño Serpiente bajó del coche.
—Huaam.
Bostezando fuerte y estirando mis brazos, abrí la puerta del coche y también bajé. Luego, girando mi cabeza, miré hacia el edificio familiar en la distancia.
—Ha pasado un tiempo...
Murmuré por debajo de mi aliento.
Ocho meses. Quizás fue aún más tiempo, pero ya no podía recordarlo. Todos mis recuerdos recientes han hecho que todo a mi alrededor se sienta desconocido. Era una sensación extraña. Similar a cuando acabo de reencarnar en este mundo.
—Sígueme, muchas cosas han cambiado desde que te fuiste.
—¿Cambiado?
Haciendo girar las llaves del coche en su dedo índice, Pequeño Serpiente cerró el coche con el seguro y se dirigió hacia el almacén en la distancia.
—Mhm, en vez de decírtelo, es mejor si te lo muestro.
—...vale.