[Torre del Norte.]
—¿Cuánto tiempo crees que mantendrán la barrera esta vez? —Leopoldo le preguntó a Ava, de pie junto a ella. La miró por un momento, preguntándose qué pasaba por su mente.
—No lo sé. —Ella respondió en un tono suave, sus ojos fijos, mirando a lo lejos. Parecía preocupada, una corriente interminable de pensamientos se agolpaban en su cabeza.
De vez en cuando, aparecían ondas en la barrera. Cada vez que eso sucedía, se formaban olas a su alrededor, envolviendo la montaña.
Desde hace una semana, la situación se estaba saliendo cada vez más de control.
Los ataques de los demonios eran más despiadados e implacables que nunca. Los demonios de menor rango incluso se lanzaban contra la barrera, convirtiéndose en una masa de sangre y entrañas. Era francamente espeluznante.
Si no fuera por la barrera que había sido activada, las cosas habrían estado extremadamente críticas para todos.
—¿Vas a algún lado? —Hein preguntó desde el lado.