La Conferencia [1]

Mirando a Emma, que lo miraba indiferentemente desde arriba, Kevin esbozó una débil sonrisa.

—Hola.

—Tú…

A pesar de lo mucho que Emma intentaba mantener un rostro serio, en poco tiempo, su cuerpo tembló. Le resultaba difícil formular sus palabras mientras sus ojos se volvían borrosos.

—¿P..por qué hiciste eso?

Su voz era débil, pero Kevin pudo distinguir cada palabra que salía de su boca.

—¿T..tienes tanta desesperación por tener un avance que reducirías tu cuerpo a ese estado?... ¿Aún no superas... su muerte?

Levantando la cabeza y encontrando los ojos de Emma, Kevin negó con la cabeza.

—No, no es eso.

—¡Entonces por qué!

—gritó ella, con lágrimas corriendo por su mejilla.

—¿Por qué harías eso contigo mismo? ¿No entiendes lo preocupados que estaban todos cuando te vieron en ese estado en tu habitación?

—No lo entenderías —respondió Kevin.