«¡Ghua!»
Los ojos de Aaron se abrieron de par en par. Sujetándose el corazón, Aaron comenzó a hiperventilar. Seguía respirando, pero con cada aliento que tomaba, sentía como si una abrumadora sensación de muerte lo envolviera.
«Haa...haaa...»
Solo después de tomar un par de respiraciones más Aaron finalmente se calmó un poco.
«¿Qué me pasó?»
Miró debajo de él, sus sábanas estaban empapadas en su propio sudor. Tocándose la frente, Aaron se la secó, ya que estaba goteando sudor.
Recuerdos vagos empezaron a surgir en su mente mientras su rostro palidecía considerablemente.
«Ukh...»
Con las manos en la cabeza y soltando un gemido, Aaron levantó la cabeza y miró a su alrededor.
Piso de madera, paredes blancas y un techo blanco. Estaba en su propia residencia.
«Haa...haaa...»
Su hiperventilación no paró mientras mordía sus labios hasta que sangraron. Su cuerpo temblaba por completo. Abrazando su cuerpo, murmuró repetidamente.
«Perdón...ame...perdóname...»