—¡Pedazo de mierda!
En un acto de ira, Kevin lanzó su teléfono hasta su cama antes de caminar hacia las ventanas de vidrio de la habitación. Colocando sus manos en la ventana, miró la ciudad debajo de él.
—...Esta es la segunda vez.
Cuando recordó lo que sucedió en Issanor, donde aplaudió frente a todos, Kevin sintió como si quisiera enterrarse bajo tierra.
«Lo juro por dios.»
—Me llamo Kevin, me llamo Kevin, me llamo Kevin...
Kevin repetidamente murmuraba para sí mismo mientras apoyaba su cuerpo contra la ventana. A pesar de saber que su nombre era Kevin, aún no se acostumbraba a él. Para él, se sentía antinatural. En presencia de personas llamándolo por ese nombre, experimentaba una extraña sensación de incomodidad que no podía explicar del todo.
«Sé que me llamo Kevin, pero ¿por qué odio que me llamen así? ¿Qué me hizo Ren?»
—Me llamo Kevin, me llamo Kevin, me llamo Kevin...