Amanecer De Una Catástrofe
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Los claros ojos de Su Yu inspeccionaban únicamente sus heridas.
Extendiendo sus manos, Su Yu las colocó sobre el pecho de la Princesa Yun Yan y se concentró plenamente en infundir su débil energía espiritual en su cuerpo.
Pasó una hora antes de que los canales internos de energía sanguínea finalmente se reconectaran.
El rostro de Su Yu estaba pálido por el sobre-esfuerzo de su energía espiritual. Había supuesto una considerable carga sobre su cuerpo.
Las temblorosas cejas de la Princesa Yun Yan se movieron ligeramente, revelando un par de ojos avergonzados y llenos de lágrimas. Le echó un vistazo a través de la rendija entre sus párpados.
Lo que encontró en su mirada fue una clara determinación, libre de pensamientos distractores y completamente enfocada en llevar a cabo la tarea.
Ella había esperado abrir sus ojos y ver a Su Yu sonrojado con vergüenza y lujuria, pero esto no sucedió.
Su corazón inquieto se calmó.