El Rey Escarcha

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La ceremonia de boda continuó.

El maestro de ceremonias cantaba alegremente. Los invitados estaban todos de buen humor.

En medio de la diversión y las risas, nadie se percataba del penoso aprieto de Xianer.

En los ojos de Xu Rong, Xianer era una herramienta para que su familia obtuviera conexiones con la nobleza. Para Han Zhi, ella era la escultura artística que pronto sería suya. Para Cao Xuan, iba a ser su juguete, algo sobre lo que él podía señorear. En los ojos de los invitados, ella era una marioneta que no tenía nada que ver con ellos. Aunque sabían de la difícil situación de Xianer, no podían hacer nada para ayudarla.

Apretando los puños, Xianer se sentía sola, lastimosa y amargada. Aunque la Tierra era vasta, nadie podía ayudarla.

Los complicados rituales estaban casi terminados, finalmente estaban llegando al paso final.

—¡Una reverencia a los cielos! —gritó con júbilo el maestro de ceremonias.