Cuatro Estrellas en Ascenso

—Wu-er, ¿recuerdas cómo te sentiste la primera vez que me viste? —dijo el Segundo Anciano.

—Yo... yo te respetaba —respondió Mo Wu, paralizada y sintiéndose culpable.

—No era una expresión de respeto en tu rostro, sino de miedo y repulsión. Mi rostro es más feo que el de un fantasma —el Segundo Anciano se rió—. Su voz era suave como si viniera de una hada.

Mo Wu se sonrojó, arrodillándose apresuradamente.

—Maestra, perdóname por ser joven e ignorante, estaba juzgando por las apariencias —su culpa se mostraba en su rostro.

—Entonces, ¿sabes cómo era el rostro de Su Yu cuando me vio por primera vez? —El Segundo Anciano tenía una sonrisa compasiva, en lo profundo de sus ojos una mirada de calidez y gratitud.

—Tiene solo catorce años, ¿estaba lo suficientemente maduro para mantener la calma? —Mo Wu dudó.

—No estaba tranquilo… en cambio, era una mirada de compasión —la voz melodiosa del Segundo Anciano mostraba una onda de emoción.