—La figura familiar, el rostro familiar y esa mirada familiar. ¿Quién podría ser sino An Yurou? Esa era la razón por la que había venido todo este camino sin ninguna queja. ¡La persona a la que juró salvar, An Yurou!
—La expresión de An Yurou era tranquila a pesar de ser despreciada por la multitud. La mirada en sus ojos blancos era serena. ¡Era la serenidad de alguien que había decidido morir!
—El cielo era azul, una ligera brisa soplaba, pero el cuerpo entero de Su Yu se sentía frío en este día soleado. ¿Era realmente su benefactora, An Yurou? La culpa y el remordimiento brotaban dentro de él.
—Hace un mes, había sido una anciana alta y poderosa. Un mes después, ¡era prisionera y esclava!
—La maestra del Gabinete Yunxiang frunció el ceño. "Lu Jun, ¿qué significa esto?"
—Lu Jun respondió: "Es para añadir a las festividades. No le prestes atención, maestra del Gabinete Yunxiang. ¡Comienza!". Lu Jun se recostó, su postura relajada.