Destruir a su poderoso dragón de viento, con solo un dedo, era una hazaña casi imposible. Esa postura dominante, combinada con esa actitud invencible, hizo que el corazón de Shi Jie latiera frenéticamente.
Pero lo que realmente hizo que sus pupilas se dilataran fue que Su Yu se dispersó como el viento. ¡Era una imagen residual! En ese momento, apareció una figura humana detrás de él, ¡con su espalda hacia él!
Seguidamente, Shi Jie sintió dolor cerca de su abdomen. Al mirar hacia abajo, encontró que un agujero del tamaño de un dedo había aparecido en su pecho, dejando rastros de relámpago que lentamente se dispersaban.
La figura humana detrás de él tenía una espada de trueno, formada por una niebla de relámpago. La sostenía con confianza en sus manos.
¡Shi Jie ni siquiera se dio cuenta de que había sido herido! El dolor ahora pulsaba a través de su cuerpo. Luego, la visión de Shi Jie se oscureció, justo antes de caer.