Un Pequeño Malentendido

Después de un tiempo, la mirada de Su Yu se posó en Bai Luo, y sus ojos brillaban con frialdad.

—Inicialmente, había planeado tratar al Maestro del Palacio Ling primero, y luego ocuparme de ti justo frente a él. ¡Sin embargo, dado que ya me has reconocido, no hay necesidad de esperar más!

Sus palabras, llenas de intenciones asesinas, estallaron abruptamente.

Tras escuchar esto, Bai Luo recobró el sentido del shock, y su expresión se tornó pálida como un cadáver. Apenas acababa de darse cuenta de que tenía un odio profundo con Yin Yu que concernía a la vida y la muerte.

El juramento lleno de odio que Yin Yu había dejado el día que escapó del cuartel general del Imperio de la Oscuridad resonaba en sus oídos en ese mismo momento. Inicialmente, solo había tratado el juramento como una broma y no le había prestado la menor atención.