La Vía Láctea más Sabia

Mientras Su Yu se cuestionaba a sí mismo, la imagen de una hermosa mujer apareció de repente en un destello. Su cuerpo entero estaba cubierto por una neblina de agua que ocultaba su exótica belleza. Si no fuera Xia Jingyu, ¿quién más podría ser?

—¡Finalmente estás despierto! —Era difícil saber si Xia Jingyu estaba felizmente sorprendida o en un estado de pánico. Quizás era una mezcla de ambos.

Su Yu suspiró en silencio aliviado. Su desaparición le había dado un susto. Sin saberlo, un afecto hacia esta mujer, que silenciosamente se había sacrificado por su bien, ya se había grabado en las profundidades de su corazón.

—¿Qué pasó? —preguntó Su Yu con sorpresa.

El rostro de Xia Jingyu se iluminó. Como ella normalmente se veía calmada y serena en todas las situaciones, esto dejó a Su Yu muy confundido.

—¡Su Yu, deja de hablar y sígueme! ¡Ha aparecido un Espíritu Real! —Xia Jingyu parecía sorprendida y alegre.