Tanto Cui Binlong como Liu Changming se sorprendieron cuando vieron a los intrusos.
—Presidente Cui, lo siento. Estas personas se forzaron a entrar. No pudimos detenerlos —dijo la recepcionista.
—Eso no es asunto tuyo —dijo Cui Binlong fríamente.
—¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo se atreven a irrumpir en mi oficina? ¿Creen que los haré pudrir en la cárcel?
—No te creo —dijo Lin Yi—. ¿Tienes alguna razón para agredir a un estudiante de nuestra universidad?
—¿Hmm?
Cui Binlong se detuvo un momento antes de reaccionar. —Ustedes son los maestros de Sun Xiaoyu, ¿verdad?
—No eres tan estúpido después de todo.
—Pero por como lo veo, ustedes vinieron a buscar pelea conmigo —dijo Penglong con una sonrisa, sin estar nervioso en absoluto.
—Justo estaba buscándolos. Sun Xiaoyu tomó la iniciativa de seducirme. Al final no acepté, así que está intentando incriminarme. ¿Qué creen que deberíamos hacer al respecto?