He Yuanyuan hizo un gesto de ok.
—Sin problema, compré unas nuevas ayer.
Qi Xianzhao ???
¡Si tanto el CEO como el CFO de la empresa eran así, la compañía iba a tener problemas tarde o temprano!
—Oh cierto, hay algo que necesito decirte —dijo Lin Yi—. ¿No estabas alardeando antes sobre tu inteligencia? Ayúdame a investigar a alguien.
—¿A quién?
—Al vicepresidente senior de Microsoft, Shen Tianzhuo. Cuanto más rápido, mejor.
—Esto sí que es increíble —exclamó He Yuanyuan—. ¡Es un pez gordo! ¿Qué tan a fondo quieres que investigue?
—Hasta el punto en que sepamos cuándo le llega el período a su esposa.
—De acuerdo —He Yuanyuan se golpeó el pecho—. Déjamelo a mí.
Qi Xianzhao ???
¿No hay nada sagrado en este mundo ya? ¿Cómo se puede investigar tal cosa?
—Bien, ustedes ocúpense primero de los otros asuntos de la empresa —dijo Lin Yi—. Yo bajaré a echar un vistazo.
—Jefe Lin, ¿va a inspeccionar?
—No voy a inspeccionar. No soy un gran jefe, solo estoy echando un vistazo.